La relación entre salud bucal y enfermedades cardiovasculares

La conexión entre la salud bucal y la salud del corazón: más unidas de lo que crees

Cada vez más estudios científicos confirman lo que durante años ha sido una sospecha: la salud de nuestra boca tiene una estrecha relación con la salud del corazón. Aunque a simple vista parezcan sistemas totalmente independientes, la realidad es que la boca actúa como una puerta de entrada al resto del organismo. Las infecciones o la inflamación que se originan en la cavidad oral pueden tener consecuencias más allá de los dientes y las encías, afectando incluso al sistema cardiovascular.

Cómo afecta la boca al corazón

En nuestra boca viven millones de bacterias, muchas de ellas beneficiosas y necesarias para mantener un equilibrio saludable. Sin embargo, cuando la higiene bucal es deficiente, esas bacterias pueden acumularse y provocar enfermedades como la gingivitis o la periodontitis, que son infecciones e inflamaciones de las encías.

El problema surge cuando las bacterias responsables de esas infecciones consiguen pasar al torrente sanguíneo. Una vez allí, pueden viajar por el cuerpo y adherirse a las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo procesos inflamatorios. Esta inflamación crónica contribuye a la formación de placas de ateroma, que estrechan las arterias y dificultan la circulación de la sangre. Con el tiempo, este fenómeno puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, como la aterosclerosis, los infartos de miocardio o los accidentes cerebrovasculares.

Diversas investigaciones han demostrado que las personas con enfermedad periodontal tienen más probabilidades de padecer problemas cardíacos. Además, en pacientes con patologías cardiovasculares ya diagnosticadas, una mala salud bucodental puede empeorar la evolución de la enfermedad o dificultar su control.

Prevención y cuidado: la clave está en la rutina

La buena noticia es que esta conexión entre boca y corazón también puede jugar a nuestro favor. Mantener una buena salud bucodental ayuda a reducir la inflamación en el organismo y, por tanto, a disminuir el riesgo cardiovascular. Para conseguirlo, es fundamental seguir unos hábitos básicos:

  • Higiene oral adecuada: Cepillarse los dientes al menos dos veces al día con una técnica correcta y utilizar hilo dental o cepillos interdentales ayuda a eliminar la placa bacteriana y evitar la acumulación de bacterias perjudiciales.
  • Tratamiento temprano de enfermedades periodontales: Detectar y tratar a tiempo la gingivitis o la periodontitis es esencial para evitar que las bacterias pasen al torrente sanguíneo. Las limpiezas profesionales periódicas también son un apoyo clave.
  • Control de factores de riesgo cardiovascular: Dejar el tabaco, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y controlar la presión arterial y el colesterol son medidas que benefician tanto al corazón como a la boca.

Importancia del control dental

Los chequeos dentales regulares no solo sirven para prevenir caries o mantener una sonrisa bonita. También permiten detectar posibles infecciones o inflamaciones que podrían pasar desapercibidas y tener un impacto en la salud general. Tu dentista puede identificar signos de enfermedad periodontal en fases iniciales, recomendar tratamientos adecuados y orientarte sobre hábitos de higiene más eficaces.

Cuidar de tu boca es cuidar de todo tu cuerpo. La salud bucodental y la salud cardiovascular están profundamente conectadas, y la prevención es la mejor herramienta para mantener ambas en equilibrio. Acudir regularmente al dentista, seguir una correcta higiene oral y adoptar un estilo de vida saludable no solo protegerá tus dientes, sino también tu corazón. Porque una sonrisa sana es el reflejo de una salud integral.

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