Cuando hablamos de salud bucodental, solemos centrarnos en la higiene, las caries o la estética. Sin embargo, existe un protagonista silencioso que desempeña un papel fundamental tanto en la salud oral como en la sistémica: el microbioma bucal. Este conjunto de microorganismos, que habita de forma natural en nuestra boca, está demostrando tener una influencia mucho mayor de lo que hasta ahora imaginábamos.
¿Qué es el microbioma bucal?
El microbioma bucal es una comunidad compuesta por más de 700 especies de bacterias, además de hongos, virus y protozoos, que viven en equilibrio en nuestra cavidad oral. Lejos de ser perjudiciales por defecto, muchas de estas especies cumplen funciones esenciales como:
- Prevenir la colonización de patógenos externos.
- Participar en la digestión inicial de alimentos.
- Regular la respuesta inmune local.
- Mantener el pH y la homeostasis de la mucosa bucal.
Este ecosistema, cuando está en equilibrio, es sinónimo de salud. Pero cuando se altera —lo que se conoce como disbiosis oral— pueden aparecer complicaciones que trascienden el ámbito odontológico.
Más allá de la boca: implicaciones sistémicas
Numerosos estudios recientes han vinculado desequilibrios en el microbioma bucal con enfermedades que afectan a otros órganos y sistemas. Algunas de las asociaciones más relevantes incluyen:
- Diabetes tipo 2: los pacientes con periodontitis presentan peor control glucémico, y viceversa. La relación es bidireccional.
- Enfermedades cardiovasculares: bacterias como Porphyromonas gingivalis se han hallado en placas arteriales, sugiriendo un vínculo entre periodontitis e infartos.
- Alzheimer y deterioro cognitivo: se han detectado patógenos orales en tejido cerebral, lo que abre nuevas líneas de investigación.
- Complicaciones en el embarazo: una microbiota oral alterada se asocia con partos prematuros y bajo peso al nacer.
- Artritis reumatoide: ciertos microorganismos orales parecen activar respuestas autoinmunes.
Este nuevo paradigma obliga a repensar la salud oral como un indicador y modulador del bienestar global.
¿Cómo se altera el microbioma bucal?
Existen diversos factores que pueden desequilibrar este ecosistema:
- Consumo excesivo de azúcares simples.
- Uso frecuente de colutorios con clorhexidina sin prescripción.
- Tabaquismo y consumo de alcohol.
- Higiene deficiente o, paradójicamente, higiene oral excesiva con productos agresivos.
- Tratamientos antibióticos prolongados.
- Estrés crónico, que afecta al sistema inmunológico.
Además, el microbioma varía con la edad, el sexo, la dieta, la genética y el entorno, por lo que su cuidado debe ser personalizado.
¿Qué puede hacer un paciente para proteger su microbioma bucal?
Desde la Clínica Chela recomendamos algunas medidas sencillas y respaldadas por la evidencia:
- Mantener una higiene bucal equilibrada: cepillado correcto, uso de hilo dental y colutorios suaves, preferiblemente recomendados por el odontólogo.
- Evitar el consumo excesivo de azúcares refinados y ultraprocesados, que favorecen a bacterias patógenas.
- Acudir periódicamente al dentista, no solo para tratar, sino para prevenir.
- Valorar probióticos orales en casos de disbiosis o enfermedades periodontales recurrentes.
- Tratar la boca como parte del cuerpo, y no como una entidad aislada.
Una nueva forma de entender la salud bucodental
En Clínica Chela apostamos por una odontología integrativa, que tiene en cuenta las conexiones entre la salud oral y el bienestar general. La ciencia está demostrando que cuidar nuestra boca es cuidar nuestro cerebro, nuestro corazón y nuestra calidad de vida.
Explorar el microbioma bucal no solo es fascinante desde el punto de vista clínico, sino que también abre nuevas puertas a la prevención de enfermedades crónicas. En nuestro centro, ya estamos incorporando este conocimiento en los planes de tratamiento y seguimiento personalizado de nuestros pacientes.