¿Qué es la fluorosis dental y cómo evitarla?

La fluorosis dental es una alteración en la formación del esmalte de los dientes causada por una ingesta excesiva de flúor durante la infancia, cuando los dientes permanentes aún se están desarrollando. Esta condición, aunque no suele representar un problema de salud grave, puede tener un impacto estético significativo, generando preocupación tanto en pacientes como en padres. En este artículo te explicamos en detalle qué es la fluorosis, cómo se produce, sus manifestaciones más comunes, y cómo prevenirla o tratarla de manera efectiva.

¿Cómo se produce la fluorosis?

La fluorosis ocurre cuando los niños, en su etapa de desarrollo dental (generalmente entre los 0 y 8 años), consumen más flúor del que el organismo necesita. El flúor, en cantidades adecuadas, es beneficioso para prevenir las caries y fortalecer el esmalte dental. Sin embargo, un exceso puede interferir en la correcta mineralización del esmalte, dando lugar a manchas o alteraciones en su textura.

Las fuentes más comunes de exceso de flúor incluyen:

  • Agua potable fluorada en niveles por encima de los recomendados.

  • Ingestión de pasta dental con flúor, especialmente si los niños no escupen tras el cepillado.

  • Suplementos de flúor, como tabletas o gotas, administradas sin supervisión profesional.

Síntomas y tipos de fluorosis

La fluorosis se manifiesta en distintos grados, desde leves hasta moderados o severos. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Manchas blancas opacas en el esmalte, especialmente visibles en los dientes anteriores.

  • Tonalidades amarillentas o marrones en casos más avanzados.

  • Textura rugosa o porosa del esmalte, con posibles fisuras en casos severos.

Estas alteraciones suelen ser permanentes, ya que afectan la estructura del esmalte antes de que los dientes erupcionen. Por ello, la prevención temprana es clave.

Prevención: la clave para evitar la fluorosis

Prevenir la fluorosis es relativamente sencillo si se toman ciertas precauciones desde la infancia:

  • Controlar el nivel de flúor en el agua potable. En zonas donde el agua contiene altos niveles de flúor, es recomendable usar agua embotellada o sistemas de filtración específicos.

  • Supervisar el cepillado dental en niños pequeños. Se debe usar solo una pequeña cantidad de pasta dental (tamaño de un grano de arroz hasta los 3 años, y de un guisante a partir de esa edad) y enseñarles a escupirla correctamente.

  • Evitar el uso innecesario de suplementos fluorados. Estos deben ser recetados únicamente por un profesional de la salud dental cuando sea estrictamente necesario.

Tratamientos disponibles

Aunque la fluorosis no se puede “curar”, existen varios tratamientos estéticos que pueden mejorar significativamente la apariencia de los dientes afectados:

  • Blanqueamiento dental profesional, útil en casos leves o moderados.

  • Microabrasión o infiltración de resina, para disimular manchas superficiales.

  • Carillas dentales o coronas, recomendadas en casos severos para restaurar la estética y funcionalidad del diente.

Conclusión

La fluorosis dental es una condición prevenible mediante un uso responsable y controlado del flúor durante la infancia. Un seguimiento adecuado por parte de profesionales de la odontología y la educación en hábitos de higiene desde temprana edad son fundamentales para garantizar una sonrisa sana y estéticamente armoniosa. Si notas manchas o cambios en los dientes de tus hijos, consulta con tu dentista de confianza para valorar el mejor enfoque preventivo o correctivo.

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